Música del dúo COPLANACU

Asistimos al último concierto que dieron en Madrid Roberto Cantos y Julio Paz, ambos integrantes del Dúo Coplanacu, quienes nos recibieron con una gran calidez y con toda la paciencia del mundo para responder las preguntas de RA, minutos antes de subirse al escenario de la sala Archy.

Estos dos santiagueños que interpretan “música popular con raíces folclóricas”, estuvieron de gira por España, donde presentaron su octavo disco “Corazón sin tiempo”, trabajo que sacaron casi al mismo tiempo que recibieron el prestigioso premio argentino Konex de Platino (2005) y por el que les fue otorgado el Premio Gardel de la música 2006.

El ambiente era de fiesta, el Dúo Coplanacu estaba presente con toda la fuerza de sus interpretaciones, representando la música más popular de nuestro país. Había argentinos, por supuesto, pero, para nuestra sorpresa, la mayoría estaba respresentada por españoles. Evidentemente, esto también sorprendió a Julio y a Roberto quienes, con su característico buen humor, nos contaron eso, y mucho más.

¿Cómo resultó la tercera gira por España?

Julio: Ha sido un viaje muy intenso, estuvimos poco más de un mes recorriendo Madrid, Barcelona, Granada, Guadarrama, Jaen, Málaga, Mallorca, Menorca, Murcia, Valencia, Vigo y Zaragoza. Fue una experiencia muy linda, especialmente porque pudimos lograr dos cosas muy importantes pese a la precariedad de la producción: por un lado, hemos tenido una mayor afluencia de público y, por otro, una parte importante de ese público estaba integrado por españoles que conocen nuestro trabajo (en parte, por esta cuestión de Internet que facilita el intercambio), participan y disfrutan con nosotros. Una muestra de esto es lo que nos pasó en Murcia: se nos acercaron un par de jovencitas para que les firmásemos el disco. Les pregunté de dónde eran (me imagine que serían argentinas), y me encontré con que eran de Rumania. Entonces, me contaron que nos escuchan allá en su país y que decidieron venir a vernos apenas supieron que estaríamos aquí. Fue un flash para nosotros, nunca nos hubiéramos imaginado tener un público rumano. Esto nos da la pauta de que la música, efectivamente, no tiene bandera.

Julio: Creo que en Barcelona, porque hay más argentinos y la comunicación entre ellos es más fluida. También, el resultado ha sido muy bueno en Valencia. Teníamos un poco de miedo porque la última vez que cantamos en una feria de allí nos pusieron con unas brasileñas que bailaban al lado nuestro y no tenían nada que ver con nosotros, pero esta vez se difundió mucho más nuestra presencia y vino más gente. Cuando es así, te distendés y cantás más tranquilo, no estás pendiente de cómo vas a comunicar, de cómo vas a hacer para que te entiendan, no te olvides de que las canciones que nosotros interpretamos tienen muchos modismos y palabras quechuas, pero ahí nos fue muy bien, en cuanto sentimos unas palmas, lo medimos en el acto. Es que nos encanta cuando hay reciprocidad, interacción, para nosotros es fundamental, nos hace sentir mucho más cómodos.

¿Qué lugar les gusta más para actuar?

Julio: No tenemos un lugar, el lugar se hace lindo cuando estas ahí, hay veces en que vas con ciertas expectativas y te desilusionás, o por ahí pasa lo contrario, creés que las cosas no van a ir tan bien y termina siendo un encuentro maravilloso. Para mi y para Roberto los lugares lindos son aquellos donde el escenario baja al mismo nivel de la gente, cuando estamos cerquita del público, cuando pasa que al llegar te encontrás con gente extraña y, cuando te vas, los saludás como saludás a alguien a quien conocés desde hace 100 años… Esto te puede pasar en los lugares menos pensados.

Julio: En cuanto al folclore, en este momento la música goza de muy buena salud en lo artístico. Creo que esto es porque porque no están los “iluminados” de las grandes compañías que lo que hacen es agarrar a un grupo e inducirlo a que venda a cuaquier costo. En un momento, el folclore estuvo de moda y ahora ya esa moda decayó. En cuestiones económicas las cosas no están bien, las producciones son muy precarias, pero es ahí cuando vemos que se están desarrollando mucho algunos chicos que le hacen mucho caso a sus sentimientos, a su esencia, a su identidad, y entonces te encontrás con cosas sólidas, y no tan inducidas por lo tradicional o conservador. Hay grupos como Presagio, Franco Ramírez o Pablo Aznarez que son como brotecitos en los que nosotros vemos una potencialidad muy linda, ojalá que las compañías no hagan otra vez de las suyas.

Roberto: Nosotros no estamos de acuerdo con el manipuleo que hacen las empresas con las modas. Cuando el éxito responde a un manejo empresarial, la calidad artística no interesa. Creo que el éxito no es incompatible con lo genuino de la música, siempre y cuando el proceso cultural acompañe al genuino proceso artístico, y no el invento que se puede dar desde la televisión. Cuando un grupo crece de manera estrepitosa, también cae de la misma manera, la televisión y los medios en este sentido son peligrosísimos.

Julio: Nosotros tenemos claro que la gente al venir para acá ha hecho una movida muy densa, muy importante, somos muy conscientes y muy respetuosos de eso y entonces nuestra única premisa es tirar buena onda absoluta para que a la gente que le está yendo bien le siga yendo bien y, a la que no, que las cosas le mejoren, esa es nuestra pauta fundamental. Desde ahí, nos podemos encontrar intensamente con la gente que esta aquí y hablar del país, de lo que ha pasado o de lo que va a pasar con total tranquilidad, sin ningún prejuicio. Con Roberto pensábamos que debíamos ser muy cuidadosos porque, quizás, una zamba se podía transformar en un bajón y hacer que esa persona que está escuchando no se sienta bien y tenga ganas de irse del lugar. En otra época, la gente estaba más sensible al haberse ido, pero ahora están como mas afirmados, los que no lo aguantaron se volvieron y los que están, están contentos de lo que han logrado.

Para terminar, y suponiendo que el gran sueño de todo músico se les ha cumplido… ¿Qué esperan del futuro? ¿Qué sueños les gustaría que se les haga realidad?

Julio: (Muy risueño, y con cara de pícaro…) He visto un velero en Puerto Banús… (Risas y bromas entre ellos) No, verdaderamente un sueño es que, cuando no cantemos más (calculo que será cuando seamos muy viejitos), quede algo lindo que la gente recuerde con cariño, y seguir cantando, que la música genere las cosas que nosotros con Roberto sentimos, que son muchas, hermosas y muy hondas.

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