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Gris

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                                 De tus arterias soy destino y soy ayer, soy tu bohemia, tu poesía, tu Gardel... quiero morirme acariciando tus pedazos y en el eco de tus pasos una sombra siempre ser. Música: Mateo Villalba Letra: Martina Iñíguez  

Un tango

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Te estoy conociendo. Parece mentira, tanto tiempo juntas y aún si vernos. ¿Qué te mueve? A mi me parece que el amanecer de un sábado soleado, una sonrisa inesperada, el sabor de un beso, un poema cantado con esa música desgarradora que te sacude por completo. Cierro los ojos y veo la belleza de un movimiento, siento el latido de un corazón y los nervios desatados de unos pies que no paran de marcar el paso. En ese momento no existe nada alrededor, todo se pierde, todo se encuentra, todo cobra un sentido... como una flor, un beso o un tango.

Lejos

Pequeñita... por dentro soy así de pequeñita. Al salir pienso que soy capaz pero me quedo, un día, otro día, un mes, un año... y, así, va pasando el tiempo. No llego a ningún sitio. La meta la veo lejos. Los días, iguales. Tu sigues ahí y yo, me pierdo. Me quiero ir pero no. Y creo que la razón eres tú, tu no sonrisa, tu lejanía, lo que creo que son tus excusas, tu mirada de costado. Si insisto, te encuentro pero, si te encuentro, entonces más te pierdo. Hay una línea, un rencor escondido que sale apenas lo dejas. Esto debería acabar ya... ¿ya? Es que no me animo, parece que me quiero ir pero no. las palabras retumban en mi cabeza vacía. No hay nada, no hay ideas, no hay sueños, no hay porqués ni paraqués, solo un estar diario, pasando. Una película, una ventana, un jacinto marchito, las rosas que pierden su brillo y que, aún así, luchan por mantenerse en pie. Y yo las miro, y se me hace inevitable rellenar mi cabeza vacía con un miedo vano por no encontrar ese sentido que me complet
El tiempo ha pasado inmisericorde delante de mis ojos. Empezaremos pronto el que fuera el último mes... ¿por qué sigo esperando una llamada? ¿Por qué sigo imaginando tu nombre en la pantalla? El recuerdo sigue desvaneciéndose y la puerta hacia el adiós definitivo parece no abrirse nunca. Definitivo. Una palabra que no utilizo nunca porque no creo en ella. Nada es definitivo y todo puede serlo. Un instante separa la nada del todo. Abrir y cerrar los ojos esperando; abrir y cerrar los ojos deseando; abrir y cerrar los ojos intentando entender. Intentando volver una y otra vez sobre el camino para recuperar las piezas. Una y otra vez esperando, deseando, buscando, imaginando, intentando... ¿Hasta cuando? ¿Hasta donde? Qué largo se hace el camino...

Se evaporó

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  Se movía rápido. Sus dos patitas, tambaleantes, lo  llevaron hacia vos que lo esperabas tanto. Había un sol radiante y creo que eso te animó a sacar a pasear el corazón. Al mismo tiempo y, sin querer, al corazón lo acompañó una lágrima. Pero no duró mucho, porque el sol era tan fuerte que enseguida la evaporó. Entonces el corazón se asustó y, rápidamente, se escondió. Y ya no sé qué pasó, creo que, simplemente, también se evaporó.

Todo saldrá bien

(Alguien lo subió en Facebook y me ayudó mucho en los momentos difíciles. Te lo dejo a vos, Ferni, porque todo va a salir bien.) Todo saldrá bien. Ya lo verás. Vas camino hacia arriba ... y llegar hasta ahí solo es cuestión de tiempo...   Recuerda otros momentos de tu vida, momentos en los que te preguntaste si acaso podrías superar la adversidad.   Al final... siempre pudiste. Trata de pensar en eso ahora, mientras miras e n tu interior. Date tiempo necesario para vivir en carne propia todo lo que estás sintiendo... tiempo para manejar y disfrutar las emociones... Escabúllete hasta ese lugar que está en lo más profundo de ti, donde te sientes más afianzado, seguro y a salvo. Ese lugar es fuerte y auténtico, y tengo la sensación de que vive en ti con más belleza de la que supones. La ayuda está aquí, por si la necesitas. Pero lo que más te ayudará es recordar ésto: Si eres capaz de darles una oportunidad a todas las cosas, todo s

La Balada del Boludo /Isidoro Blastein

Por mirar el otoño Perdía el tren del verano Usaba el corazón en la corbata Se subía a una nube, Cuando todos bajaban. Su madre le decía: No mires las estrellas para abajo No mires la lluvia desde arriba No camines las calles con la cara, No ensucies la camisa; No lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja No des la espalda al llanto No vayas vestido de ventana No compres ningún tílburi en desuso. Mirá tu primo el recto Que duerme por las noches. Mirá tu primo el justo Que almuerza y se sonríe. Mirá tu primo el probo Puso un banco en el cielo, Tu cuñado el astuto Que ahora alquila la lluvia Tu otro primo el sagaz Que es gerente en la luna. -Tienes razón, mamá- dijo el boludo. Y se bebió una rosa. -No seré más boludo Y se bajó del viento -Seré astuto y zahorí. Y dio vuelta una estrella para abajo. Y se metió en el subte Y quedaron las gaviotas. Entonces vinieron los parientes ricos Y le dijer