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Mostrando entradas de mayo, 2012

Vilma

Imagen
Blanco, marrón, gris y una marca negra en la nariz. La luz la alumbra mientras a mi lado se duerme. Parece que sueña con el cantar de los pájaros, el juego del hipopótamo rosa o alguna tímida mariposa. Disfruto tenerte, tu cariño lo presiento, tu alegría al verme me enternece y mi felicidad al encontrarte me consuela. Eres un manojo de pelos, un peluche que se mueve, te encanta que te acaricie, así como a mí, que me mires. ¿Ronroneas? Sí, y mi alma se llena al saber que sí, que me esperas.

Y un ajedrez incompleto...

Imagen
Me dejaste una piedra blanca, una corbata negra colgada en la percha y un maullido de madrugada. Te llevaste mis lágrimas caprichosas, un lobo dibujado y una funda para cubrirte entero. Tanto te cubres que no alcanzo a adivinarte. Tanto aúllas que no te escucho. Tanto cielo que me pierdo. Tanto te imagino que a veces deliro. Curioso el corazón, que apuesta con la razón a ver quién gana la jugada. Terco el corazón, que sabe que pierde y la razón, divertida, lo deja que sueñe. Cielo mío, por darte un beso yo muero. Por abrazarte yo espero. Por amarte...

Tiempo

Dos años, 7 meses y 12 días . Despierto de un sueño con aroma a rosas mezclado con vid y melancolía. Las palabras salen a borbotones, necesitan escaparse para librarse del hechizo, su tarea es dejar espacio a eso otro que llega, a ese nuevo despertar que poco a poco va descubriendo otra vez una cama ancha como Castilla, una medianoche ausente y un alba bullicioso de cantos en el cielo. Tres meses, 24 días y una pregunta . Un 24 vi la luz. Dos más 4 son 6. Seis dividido 2 son 3. Tres son las palabras que aun retumban en mis oídos: no tiene sentido. ¿Es verdad? Dos años, 1 mes y 24 días . Otra vez el 24. Me sigue incansable allá a donde mis ojos miren. Allá a donde mis labios hablen, allá a donde mis manos toquen. Y siguen las preguntas, también incansables, que no dejan de acudir a mis curiosos intentos por aclarar el sol del mediodía. El corazón se acelera, un rayo me atraviesa la boca del estómago, sigo desarmando la historia para volver a armarla y tratar de encontrar el error. Pero