Contame una historia...

Siempre, desde que era así de chiquitita, tuve fobia a las arañas. Llevo 4 noches soñando con ellas: que aparecen de repente y vienen hacia mí a picarme, que van corriendo por el suelo, que caminan por los ojos a un bebé… ufff, qué estresante. Hoy quise averiguar qué decían los “sabios” sobre sueños de este tipo y me encontré con comentarios de lo más variopinto: “miedo a los cambios que se avecinan”, “comienzo de una mala racha”, “pérdidas”, “injurias y engaños”, etc, etc. ¿Alguien tendrá la verdad sobre esta cuestión?¿Alguien me podría decir algo coherente sobre este tema? Realmente me preocupa, sobre todo porque me despierto gritando… ¡maaaaaa! Y mi mamá está lejos, no creo que me escuche. Pues, yo, para ir contra todos estos nefastos vaticinios, creo que la explicación más real a mis sueños podría ser que como tengo plantas en mi ventana, alguna araña se coló hacia adentro y por las noches se hace un festín conmigo. No por nada los últimos días me han aparecido una picadura detrá...

Se me acabaron las ganas de hablar. Al menos por lo que resta del día, evitaré emitir cualquier sonido que se asemeje a esta acción. Si hiciéramos un recuento de las veces que decimos cosas sin sentido nos asustaríamos. Igual que si contáramos el dinero que gastamos en cosas inútiles. Supongo que somos así y para eso estamos aquí, para hablar compulsivamente, es decir para gastar palabras sin medida. Últimamente he experimentado en repetidas ocasiones la necesidad de no decir nada. También como respuesta, creo que es muy elocuente. A propósito de esta cuestión, quería mencionar dos películas que hablan (o mejor escrito, muestran) personas en distintas circunstancias de sus vidas que no dicen nada, no hablan, no emiten sonidos, son ellas y sus cuerpos y almas. Nada más. “El silencio” ( Mohsen Makhmalbaf – 1998). “El gran silencio” ( Philip Gröning-2005) y la más reciente “En la ciudad de Sylvia” ( José Luis Guerín – 2007). Distintas maneras de encarar el tema para una misma cuest...