juego

Todo me parece nada. Todo me parece un juego. Jugamos a ser grandes, a ser adultos, a ser para siempre. Mientras tanto, las horas pasan. La soledad, el dinero, las estrategias, la apariencia, el periódico salmón… El interminable juego que acabará tarde o temprano sin ganadores ni perdedores es un juego en el que se gana o se pierde a medida que se juega. A todos los que vamos ganando nos encanta participar, aun sin tener bien claro donde está la victoria. Los que parece que van perdiendo saben que también, allí donde se termina la calle, nos espera por igual la nada.

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