En el Día del Viento

Y de pronto… me encontré delante del molino. Volé durante horas y horas a través del tiempo y el espacio. No sé cómo, no sé por qué, no sé cuántas horas exactamente, pero solo sé que la velocidad era infinita, que traspasaba diferentes épocas, personas y paisajes, y que la energía que me transportaba era tan fuerte que no podía detenerme. Esa energía era la del viento. Habíamos recorrido siglos y siglos de historia y su fuerza no había menguado. Hasta que por fin encontró un aliado: el molino, imponente, le prestaba sus alas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
... Vi que este tema, el del molino, se repite en tus comentarios... Podría pedirte que me expliques más en detalle tu aportación porque no me resulta demasiado clara y quisiera conocerla más de cerca y en profundidad?

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