Mañana será el gran día. Ese que estaba esperando desde hace mucho tiempo. Estuve toda la tarde eufórica. Hasta que me choque con eso que no quería: la realidad.
¿Qué es la realidad? Acabo de entender que es eso que está en todas partes, en el aire, en las calles, adentro de casa, en la cocina, en el supermercado, en el trabajo cada día, quizás en los telediarios… pero es eso de lo que nadie se ocupa, no nos damos cuenta de que está ahí, no la vemos, no la sentimos hasta que, de pronto, algo nos sacude y nos hace ver el lugar donde estamos parados. Entonces no solo descubris las cosas que estaban, sino que hasta te asalta la capacidad de reflexionar. Y de repente te encontras con que no sabes nada, ni a donde vas, ni por qué, ni qué estuviste haciendo hasta ese momento, ni por qué vas a hacer lo que tenías en mente hacía solo dos minutos. Nada, que también pensás en lo importante que es saber lo que se hace, no andar al tuntún por la vida, para que luego no te pase esto, lo de caer por un árbol y estrellarte con ella, la realidad.
No sé si decirlo o no decirlo, igual es precipitado pero la voz del locutor hizo eco en mi cabeza y como si nada pasara sonaron de repente las palabras como un trueno en una cacerola. Eso era justo lo que no quería escuchar, pero cuando uno se queda callado las palabras que uno no quiere escuchar suenan. Le dije entonces que tiempo es lo que se necesita para alcanzar las cosas que queremos, que poco a poco vamos alcanzando nuestros sueños… igualito que lo que sentía yo hacia un ratito… volví a repetir las palabras, como si fuera un disco rayado. Pero al final nada, yo me olvidé de lo que deseaba hasta ese momento, la noche se volvió día y me quedé patas para arriba sin saber qué querer.
Comentarios
Ni recordaba este comentario, ni recordaba de que escribias, pero si recordaba que me gustaba como lo hacias.
Y aqui estoy de nuevo. En el cyberespacio, en tu espacio y tambien en el mio.
Salud.